Según el USDA, de 1950 a 1990, el número de trabajadores agrícolas en los Estados Unidos disminuyó como resultado de la mecanización, que permitió aumentar la productividad en los campos. Sin embargo, desde 1990 hasta 2010 la fuerza laboral agrícola permaneció estable, mientras que de 2010 a la fecha ha experimentado una tendencia a la alza, representando alrededor del 1% de todos los trabajos remunerados en el país.
Según los datos del Censo Trimestral de Empleo y Salarios (QCEW, por sus siglas en inglés), entre 2010 y 2020 el crecimiento más alto se registró en el sector de ganadería (con la adición de 41,300 empleos, un aumento del 18%) y los servicios de apoyo a los cultivos (con la adición de 38,000 empleos, un aumento del 13%).
En este sentido, el más reciente informe “Inmigración y Agricultura” de New American Economy destaca que los agricultores estadounidenses están teniendo dificultades para encontrar suficientes trabajadores locales para realizar tareas en campo.
Según salary.com, el salario promedio por hora que ganan los jornaleros agrícolas en Estados Unidos es de 15-18 dólares, mientras que indeed.com indica que son 15.20 dólares, lo que duplica el salario mínimo federal de 7.25 dólares.
Aunque hay que tener en cuenta que cada estado determina su salario mínimo por hora. Por ejemplo, en California es de 13.00 dólares, en Florida de 8.65 dólares y en Washington es de 13.69 dólares. Esto es importante conocer porque el sector agrícola debe ofrecer salarios que estén por arriba del mínimo, para así captar trabajadores.
Es decir, en los Estados Unidos es normal que los salarios para los trabajadores agrícolas estén por encima del promedio, porque de lo contrario los agricultores batallarían aún más para conseguir trabajadores.
Las visas H-2A para trabajadores temporales son de gran importancia para que el sector agrícola en Estados Unidos pueda mantener su ritmo, pero estas no son suficientes para satisfacer la demanda.
Tan solo en 2020 los agricultores solicitaron 314,028 trabajadores, pero solo se aprobaron 275,430, lo que cubrió el 87.7% de la demanda. Los estados que más visas de este tipo solicitan son Florida, Georgia, Washington, California y Carolina del Norte.
Por supuesto, la escasez de trabajadores termina por afectar a los agricultores a corto plazo, pero a largo plazo incide en el aumento de las importaciones de producto fresco, que es algo que justamente ha estado beneficiando a México y Latinoamérica.
Para hacer frente a esta situación en marzo de 2021 la Cámara de Representantes aprobó la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola de Estados Unidos, para que los jornaleros agrícolas que puedan demostrar al menos 1,035 horas de trabajo agrícola puedan obtener un estatus legal en el país. Sin embargo, dicha ley aún no ha sido ratificada por el Senado.
Según el USDA, aunque los salarios de los jornaleros agrícolas han aumentado en los últimos 20 años, el impacto de estos costos en los ingresos de los agricultores ha sido compensado por el aumento de la productividad y los precios de venta.
Para el período 2017-2019 el costo de la fuerza laboral promedió el 10.4% de los ingresos brutos de los agricultores, siendo que en 1996-1998, para hacer la comparación, fue de 10.7%, por lo que no se observa un incremento.
Eso sí, aquellos agricultores que no han aumentado sus rendimientos o que venden a precios bajos, se encuentran con que el costo de la mano de obra si les impacta de manera significativa, llegando a poner en riesgo su negocio.
La posibilidad de contar con liquidez suficiente para pagar las nóminas es de vital importancia para los agricultores en Estados Unidos. Opciones como el financiamiento Quick-Pay de ProducePay les permiten recuperar su inversión en tiempo récord, además de que podrán negociar de mejor forma con proveedores para que sus cosechas sean más rentables sin arriesgar el valor de la fuerza laboral.
Fuentes: USDA-ERS, Portal Frutícola, Chicago Tribune, TeleMundo, Salary, Indeed
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