La inflación en el Reino Unido ha alcanzado niveles récord, especialmente en los precios de los alimentos, razón por la cual el gobierno está considerando implementar límites de precios en productos esenciales, como una forma para controlar la situación; sin embargo, esto podría tener consecuencias negativas para el sector agroalimentario.
Los precios de los alimentos se encuentran en su tercer nivel más alto desde la crisis financiera mundial de 2008, al experimentar un incremento de 17.2%, cifra derivada de un índice de inflación general que alcanzó un máximo histórico de 9% hasta mayo del presente año.
Es normal que cuando la inflación aumenta en un país también lo hagan los precios de los alimentos, por lo que se suele pensar que los agricultores y comercializadores aumentan sus ganancias.
Sin embargo, normalmente esto no sucede así. Tengamos en cuenta que al aumentar la inflación inmediatamente suben los precios de insumos, energía, transporte y mano de obra, de modo que los costos de producción también aumentan.
Incluso, es normal que el aumento en el costo de producir no se traduzca inmediatamente en mayor costo de los alimentos, pues a veces los incrementos son graduales en temporalidad de semanas o meses.
Es decir, es más probable que un aumento de la inflación reduzca las ganancias de las empresas de producción agrícolas, aunque un sobreprecio en los productos puede llegar a estabilizar la situación.
También hay que comentar que, una vez que baja la tasa de inflación de un país, los precios de servicios y productos tardan tiempo en estabilizarse a la baja, por lo que los costos de producir alimentos se pueden mantener más elevados de lo normal incluso por varios meses más, afectando la temporada de producción de los agricultores.
El incremento de la inflación no es un problema exclusivo de Reino Unido en estos momentos, pero sí llama la atención que sus tasas están muy por encima de la media de Europa, derivado de una situación política y económica inestable.
Es importante tener en cuenta que el aumento de la inflación puede afectar a las cadenas de suministro de cualquier país. Por ejemplo, México alcanzó el 8.70% en septiembre de 2022 (aunque para abril 2023 ya había bajado a 6.25%).
Si bien la inflación no se puede controlar (de manera individual), al tratarse de un factor macroeconómico, hay medidas que pueden implementar para hacerle frente, hasta cierto punto, claro está:
Fuentes: CNN, The Guardian, The Conversation
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